Duelo y reconstrucción.

River Plate, el equipo más campeón de la historia del fútbol argentino, cuna de muchas de las figuras importantes que tiene nuestro fútbol, por mucho tiempo sinónimo de exquisitez y buen juego, descendió de categoría. A partir de agosto, sera la B Nacional el torneo que alojará a River entre sus filas, y no el de torneo de primera división, al que faltará por primera vez desde aquel ascenso producido en 1908, para llegar a primera en la temporada 1909. Se preparará el operativo retorno, de la mano de Matías Almeyda.

Fueron de 102 los años en que River estuvo en la máxima categoría del fútbol argentino, que pese a los altibajos lógicos en tamaño período, nunca habían terminado con River descendido. Lejos de eso, el equipo que deambuló por muchos barrios hasta alojarse en Nuñez, se coronó 33 veces (más que cualquier otro equipo de la Argentina, y es el equipo que más campeonatos locales consiguió de entre las ligas más competitivas del mundo) desde que el fútbol es profesional en el país, además de un campeonato amateur. Ni los promedios, puestos para beneficiar a los grandes en la puja por mantenerse en la categoría de elite, pudieron salvar a River. Es más, lo condenaron. Es que River no había realizado una mala campaña en esta temporada, en donde consiguió hasta clasificarse a una copa, que no podrá disputar por su consumado descenso.Las dos temporadas anteriores, de muy mala cosecha, son las que lo terminan perjudicando.
Si el objetivo es buscar responsables, los encontraremos en los dirigentes. Si bien jugadores, entrenadores, hinchas y socios tendremos responsabilidad, son ellos los máximos culpables. Esto es fácil de vislumbrar. Veamos. Si jugadores mediocres como Arano, Paniagua, Cohene Mereles, Ballón, Rojas, y otros se pusieron la camiseta de River sin estar a la altura, no es su culpa sino de quien los contrata. Tampoco los directores técnicos mediocres tendrán gran responsabilidad, si fueron los dirigentes quienes los contrataron. Pero si tienen responsabilidades. El caso testigo es el de Néstor Gorosito, quien se hizo cargo de un River que venía de ser ultimo de la mano de Diego Simeone, y no se molestó por el escaso nivel de los refuerzos adquiridos por la dirigencia de José María Aguilar.
Entonces José María Aguilar, es el máximo responsable de la debacle. Con su administración a las claras fraudulenta, empobreció a River económica y futbolísticamente y entregó a Daniel Pasarella un club al borde de la ruina, con escaso capital líquido, con futbolistas jóvenes y devaluados, y con una deuda millonaria. Justamente esto es lo único que le quedaba de millonario al club. Cosas insólitas pasaron en River bajo la gestión Aguilar: Creció exponencialmente la influencia de la Barra Brava, se vendieron jugadores a precios por debajo de su cotización a intermediarios o clubes "testaferros", para luego estos revenderlos a otros clubes al valor real, hasta se intento cambiar jugadores por pintura, y tantas otras. Los hechos insólitos, fueron creciendo a la medida que la papada del presidente crecía, Y los socios e hinchas no nos dimos cuenta a tiempo, es más fue reelecto.
Cuando Daniel Pasarella asume, a mi entender el descenso ya estaba encaminado, y no tuvo el atino de gestionar el cambio de rumbo. El ejemplo es la sola incorporación de Fabián Bordagaray en el pasado mercado de pases, para evitar que este se consumara. Si bien no es el principal responsable, tiene su poecentaje (tanto se habló de él) de culpabilidad. En la campaña prometió encender la "batiseñal" millonaria para que las figuras surgidas de la cantera de Nuñez dispersadas por el mundo, vengan a dar una mano, pero la realidad económica heredada solo permitió que la potencia de la luz de la "batiseñal" sea solo "bajo consumo", y no tuvo la potencia como para ser vista desde Europa, donde se alojan los futbolistas ex River mas importantes.
Pero el descenso potenció esa luz, y varios ex River acudieron al llamado Cavenaghi, Garcé, Lux, Dominguez, Fabbiani, y otros. Solo los dos primeros han arribado hasta ahora al equipo que buscará, de la mano del flamante dt Almeyda, reestablecer al conjunto millonario al lugar que se merece.